Sin abstenciones.
Se acabaron los tests. Tras una larga y accidental demora, el Sanpa A apareció por fin para abrir fuego en la competición y, además, hacerlo de una manera ciertamente espectacular. En este momento se puede decir que valió la pena tanto tiempo de espera, aún el precio de una sucesión de derrotas, tan intrascendentes como incómodas, como las sufridas a lo largo de esta pretemporada; y que ha llegado, ya con algo realmente en juego sobre el campo, la primera de las que, esperamos, sean muchas victorias de esta temporada, aún cuando se haya tenido que permanecer en ascuas, tres jornadas después del inicio de la liga, hasta el primer día del mes de octubre.
Esta celebración puede disfrutarse de la misma manera que podía haber quedado todo en lamento. Porque el resultado final mostró “cara” igual que podría haber mostrado “cruz”. El duelo ante el Santboià fue un choque durísimo, que exigió un esfuerzo titánico y que bien pudo haber acabado en derrota. De hecho, el equipo local consiguió darle la vuelta al marcador a mediados de la segunda parte e incluso dio la sensación de que podía haber sentenciado el partido. Solo la perseverancia de un conjunto experimentado ante otro de gran talento pero más joven, pudo al final desequilibrar la balanza hacia el lado sanpero, que vivió su primer partido en este torneo prácticamente como si estuviera jugando una final.
Y es que vivimos uno de esos partidos, en donde el innovador planteamiento de Paco Bautista para jugar en un campo tan grande de un 5-3-2, algo inaudito en años en el Sanpa, pasó de ser un insólito experimento que pudo salir bien a una genialidad que resultó clave en la victoria. Después de todo, algo tendría que ver la disposición táctica, más allá del factor suerte, para que un rival como el Sanboià, dinámico, veloz y muy vertical, solo pudiera marcar a pelota parada. Pocas veces (por no decir “nunca”) se había visto una tripleta de centrales como la compuesta por Sergi, Rafi y Barceló, acompañados por los flancos por Robert y, sorpresa, Elías, un jugador de corte ofensivo. Por delante, las tareas de enlace pasaron a pies de“Capitán Carrillo” y Guardia, con el creativo Juanito por delante. Y en punta, también como novedad para esta nueva temporada, se colocaron Xesco y “Working Runner” Bernier, menos “rata” que nunca para ser “hormiga obrera” en la construcción.
No puede decirse que el juego verdi-amarillo fuera todo lo vistoso que se podía esperar, pero, la verdad, es que resultó muy efectivo. Los de Sant Boi, un equipo forjado a partir de un brillante y explosivo grupo de exjuveniles de primer año de amateurs, apretó desde el primer momento. A pesar de probarlo de una y mil maneras, encontrando a veces algunos espacios y pudiendo aprovechar algún error defensivo, no encontró el marco de la portería visitante, resguardada por el debutante con la remera verdiamarilla, Aleix. Por el contrario, a base de paciencia y trabajo, sí que llegaría el primer tanto sanpero. Poco después de que una dejada de Carlos desde la izquierda no encontrara el pie de Xesco en el área pequeña para empujar el balón a gol, llegaría el “golpe de Gracia”, al envíar a la red un servicio de Guardia desde la banda derecha (0-1. Min. 22).
Si bien el equipo sanpero supo nadar y guardar la ropa hasta el descanso, la reanudación no tardaría en traer malas noticias (y no llegadas precisamente desde la Calle Ferraz). Solo habían transcurrido dos minutos cuando una falta al borde del arista derecha del área fuera ejecutada de manera perfecta impecable hasta el fondo de la red, superando la barrera dirección a la escuadra y haciendo inútil la estirada de Aleix (1-1. Min.47). Golazo espectacular y tablas en el marcador.
La inercia del gol acabó favoreciendo a los locales. Siguieron apretando y acabaron encontrando premio, aunque fuera de la manera menos esperada: de penalti por un empujón de Barceló en un salto de cabeza dentro del área ante un balón dividido. Probablemente riguroso para algunos, inventado para otros… Innecesario por parte del implicado. De una manera u otra, la pena máxima fue perfectamente ejecutada, balón bien pegadito al palo, a la derecha de Aleix, que se marchó hacia el otro lado siguiendo las “sabias” indicaciones de Rafi. Cuestión de percepción. (2-1. Min.62).
Otro potente disparo que se marchó rozando el palo (por fuera) tras otro libre directo al borde (en el otro extremo) del área pudo haber acabado por sentenciar el encuentro. Sin embargo, con equipos con el Sanpa nunca se puede hablar de “muertes prematuras”. La entrada en el campo de Josemi (por Juanito) y de Joan (por Carlos) acabarían siendo determinantes.
Cuando parecía que el conjunto de San Ramon tenía el encuentro controlado, una apertura a la banda derecha hacia “Chema el Musculitos” acabó con un prodigioso y bombeado centro al segundo palo, que Xesco remató de cabeza hacia abajo, estrellando el esférico contra un defensor, que acabaría por introducirlo dentro de su portería pese a los desesperados intentos de su guardamente por sacarlo sobre la línea de gol (2-2. Min.75).
Este nuevo empate debió dejar helados a los locales. El centro del campo comenzó a adquirir color amarillo, con Carri al cargo de las operaciones, mientras que los rojillos se decantaban más por jugar en largo, buscando las bandas. Una jugada que Barceló detuvo (en carga legal, pero castigado por las diferencias metabólicas) al borde del área, después que el lateral local se marchara de dos sanperos con un doble túnel, pudo haber decantado el partido de nuevo hacia los de Sant Boi. De la misma manera que Xesco, primero, y Guardia, después, no pudieron conectar bien sus disparos desde la media luna del área, pegando dos “tobillazos” a sendas voleas que pudieron haberle complicado mucho la existencia al portero local.
Los 10 minutos finales (15, si añadimos los de descuento) estuvieron cargados de altas dosis de tensión y emoción. La expulsión del capitán local por doble amarilla acabaría abriendo aún más el abanico de posibilidades de victoria para el Sanpa, cada vez más fluido en su experimentado juego en el medio del campo. El golpe final llegaría cuando Josemi consiguió mantener la posesión de un balón “endemoniado” entre varios jugadores y sacó un pase cruzado y raso hacia la izquierda, dónde Xesco (saliendo del fuera de juego pero que había arrastrado a su marcador hacia su posición) dejó pasar evadiéndose de la jugada, y habilitó a Joan que, llegando solo por la banda, encaró en diagonal al portero y, de magistral golpeo con la zurda realizó una soberbia vaselina sobre el guardameta para marcar el gol que iba a suponer el primer triunfo de la temporada (2-3. Min. 84).
Pese a sus 42 años, y un año y medio en el dique seco por lesión (operación incluida), el mayor de los “Porras Power” había regresado en silencio para arrebatarle la gloria a Xesco y a los mejores jugadores locales y ser el “Man of the Match” del primer partido oficial de la temporada.
Con los dos equipos extenuados, y tras una última aportación de Deivid a la causa, llegaría el pitido final, permitiendo al Sanpa besar al “santo” y estrenarse en la tabla con tres puntos, con el logro añadido de haberlo hecho a domicilio y, además, en un campo y ante un rival que probablemente va a dejar escapar muy pocos puntos de él.
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