RECUPERANDO LA SENDA.
Tras varias semanas algo desafortunadas, en las cuáles los resultados no han hecho demasiada justicia a la valientes prestaciones que esta mostrando este equipo, los Carri Boys volvieron a sonreir. Y para ello, qué mejor manera que hacerlo en forma de una nueva y trabajada victoria sobre un Vallirana, cuya atrevida propuesta futbolística colaboró en buena manera a que el partido también fuera un magnífico entretenimiento goleador.
Porque hubo cuatro goles y pudieron haber caído unos cuántos más. Y esto fue fruto más de la determinación de ambos conjuntos por generar dinámica al marcador que a un mal papel por parte de las defensas. El equipo visitante presionó mucho desde buen inicio, llegando en varias ocasiones a las inmediaciones de David Vega, aunque la falta de puntería por un lado (un disparo fuera al borde del área pequeña o un remate de cabeza en solitario por encima del larguero a saque falta) o las grandes intervenciones del portero sanpero (envío a córner con la rodilla un disparo dentro del área que iba al palo corto) impidieron que se moviera el segundo casillero. Por el contrario, sería Óscar Yeste el que abriría el marcador tras una magnífica jugada iniciada por la banda izquierda: Micki rompe por el flanco para llegar hasta línea de fondo, realiza un pase al interior del área, Toni Mesa arrastra a su defensor al primer palo para que el balón pase por su espalda y, a la altura del punto de penalti, llega el crack Yeste para colocar el esférico al palo opuesto y enviarlo a la red (1-0. Min.22). De auténtica ingeniería.
Irónicamente, no se sabe si fue por su magnífica elaboración, pero la cuestión sería que ese el único tanto a contabilizar en el primer tiempo. No faltarían ocasiones para mover de nuevo el marcador. Por parte Sanpera, Vega se sacó un jugadón de la chistera por banda derecha al que solo le faltó la resolución. Toni y Yeste tuvieron una doble ocasión, tras un centro largo de Micki al área desde la derecha, dónde el balón se negó literalmente a entrar. Y, por si fuera poco, tampoco se señalaría un clarísimo penalti sobre el «killer» del Sanpa, en una acción de libro en la que, además, hubiera supuesto la expulsión del jugador visitante.
No fue hasta el segundo tiempo que llegaría el segundo tanto. La transición vertical de la banda izquierda no pudo salir mejor: balón que recupera Reyes y, de primeras, filtra un milimétrico y preciso pase entre líneas a la espalda de la defensa para Micki que, marchándose por velocidad de su defensor, entra en el área y define a la perfección a la base del palo opuesto (2-0. Min. 55). Un golazo del Sanpa, que disfrutaría de unos minutos de júbilo ofensivo en los que, por desgracia no acabaría de sentenciar el encuentro. Vega envió al larguero un disparo a bocajarro a escasos metros de la portería, tras girarse en un balón dividido (min.66). También Xavi Subirachs tuvo su ocasión para marcar, tras una grandísima triangulación en la zona de 3/4, de no haber cruzado demasiado su disparo (min.68). Y aún más clara fue la oportunidad de Toni Mesa, tras una rompedora jugada de Berni, recién reaparecido de su lesión, por la banda derecha hasta la línea de fondo, que solo había que empujar al fondo de la red (min.70). Sin embargo, ese tercer gol que parecía llegar en cualquier momento se haría esperar. Incluso Raúl tuvo su ocasión de cabeza, tras una jugada de estrategia, que se marcharía por encima del larguero cuando había ganado perfectamente la posición.
No dejó de ser irónico que, después haber podido golear, el Sanpa se llevara un susto. Aún sus riesgos en defensa, la valentía ofensiva del Vallirana bien merecía un premio, y éste llegaría a poco para el final para recortar distancias (2-1. Min.82). Un error de marca a pelota parada y gol. Pero ese lapsus sería corregido rápidamente por el equipo de Sant Joan Despí, cuya reacción fue prácticamente inmediata. En cierto modo, el gol de Vega (3-1.Min.83), al resolver de un cañonazo dentro del área una jugada algo enrevesada tras un ataque numeroso de la escuadra verdiamarilla, estuvo cargado de cierta justicia poética. El relevante y sacrificado papel que juega el medio de Las Planas en este gran equipo era digno merecedor de la recompensa del gol, tras varios partidos en los que podía haberse estrenado al ser partícipe de grandes oportunidades creadas a base de toque y buen fútbol. Por ese motivo, posiblemente, que la victoria quedara sellada gracias a un gol suyo, tenía un valor simbólico. El partido completado por todo el equipo solo puede calificarse de «fantástico». Y este colofón final, que servía como guinda a una extraordinaria segunda parte, fue el toque definitivo a una nueva y gran victoria.
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