PAGANDO NOVATADAS
Que duras lecciones le toca recibir al iniciado: todo el esfuerzo que le pone, recibe un beneficio exiguo y con cada golpe que recibe, por pocos que sean, le tocan un punto crítico.
El duelo del pasado domingo post-halloween, que supuso la primera derrota en casa del Sanpa, fue uno de esos vivos ejemplos dónde un equipo más consolidado, en este caso La Guardia (con todo el bloque del Santboià B de la pasada temporada, tercero en liga) que convierte cada «touché» en letal, mientras que el equipo en progresión, aunque le ponga toda la intención del mundo, no acaba de acertar con eficacia. Aunque debe reconocerse que el conjunto del Sant Vicenç dels Horts fue mejor y digno merecedor de la victoria, el resultado final resultó excesivo y no se ajustó a lo visto en un encuentro muy entretenido y con alternativas, que, pese a su intensidad, transcurrió por los canales de la deportividad hasta el punto que no se mostró ni una sola amonestación y ambos equipos recibieron la felicitación arbitral.
El primer tiempo fue muy igualado, y prueba de ello fue que las riendas del partido pasaban de uno a otro equipo según iba avanzando el tiempo. El único gol en estos 45 minutos fue fruto de una acción individual, cuando un balón mal rechazado tras un dos para dos al borde del área, cayó a pies de un delantero visitante que, con un habilidoso gesto técnico, se plantó ante David Vega y le batió con disparo raso (0-1. Min.11). Por lo demás, el equilibrio entre ambos sería la tónica de un encuentro, en el que el Sanpa buscaría sin fortuna el gol del empate, mientras su rival trabajaría, con todos sus recursos, en proteger esa renta rápidamente obtenida, aún sin renunciar a ampliarla en alguna de las ocasiones que pudiera tener disponibles.
Ahí se vería la diferencia de rodaje entre unos y otros. Mientras unos consiguieron una rentabilidad enorme en las oportunidades que tuvieron, a los jóvenes del Sanpa les faltó la pólvora que sí se pudo ver en los anteriores encuentros disputados como locales. Un remate de cabeza de Yeste cerca del área pequeña, tras una buena escapada y centro de Micki por banda derecha, estuvo a punto de devolver el empate, pero el balón se marcharía por encima del larguero (min.32) en la jugada más clara antes del descanso. El gran trabajo de los Vega, Yeste, Trillo y Pazo en la medular, junto que el sacrificado trabajo de Toni Mesa buscando la recuperación de balones, no tendría su recompensa. Micki buscó la profundidad por la banda, mientras que Marc Reyes y Guille buscaron sorprender desde atrás por los flancos, pero la cruda realidad se empeñaría en mostrar a un oponente bien organizado atrás, al que iba a costar sorprender.
Aún así, las llegadas al área rival y las oportunidades de gol llegarían, pero el balón no entraría en la portería rival. Más bien al contrario, en un contraataque, nuevamente en otra jugada individual iniciada en campo propio y, neutralizada aparentemente por la defensa sanpera, llegaría el penalti que daría pie al segundo gol de La Guardia. Una vez más, chocaron veteranía e inocencia, y el resultado acabaría siendo un 0-2 en el marcador (min.47) que complicaba muchos las cosas para un Sanpa que no merecía tanto castigo, sobretodo cuando, en otra contra, llegaría el 0-3 tras una jugada por banda derecha, centro al área y remate al primer palo (min.60).
El 1-3, al convertir Pazo un clarísimo penalti por exceso de revoluciones, abrió un poco la ventana a la posibilidad de decir una última palabra (min.67). A los Carri Boys no les costaba llegar a la portería contraria, y otro gol local podría haber favorecido un giro en el guión. La entrada de Xavi Subirachs y Jesús Heredia aportaría mayor frescura por las bandas, y el medio del campo complementado con Cañadas y el recién entrado Denis, le dio un toque ofensivo, sin renunciar a la elaboración de juego ni abusar de la verticalidad pese a la adversidad del resultado, que bien mereció metas mayores.
Sin embargo, la falta de definición y el cuarto gol de La Guardia (min.73) cortarían de cuajo esa posible reacción. Una lástima, porque el equipo no cesaría en su intento en buscar reducir las diferencias. Y oportunidades clarísimas para haber, por lo menos, reducido la derrota a lo justo, las hubo. A falta de 10 minutos, Micki pudo rematar solo ante portería, tras tragarse un defensor un balón alto, pero su golpeo envió el esférico a la red… por el lateral.
Y poco después, Toni perdonaría por dos veces, ese tipo de ocasiones con las que no suele ser indulgente con el rival. Estaba claro que, cuando no quiere entrar el balón dónde se quiere…
Al final, más allá del resultado, las sensaciones volvieron a ser buenas. Dentro de lo positivo, se añadir también con el debut y las prestaciones ofrecidas por Arnau Estanyol que, además de la gran aportación que puede ofrecer en el eje de la defensa, permite abrir el abanico de posibilidades en un momento en el que proliferan bastantes bajas.
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