DURAS LECCIONES, BUENAS SENSACIONES.

Tras dos semanas de imbatibilidad, el Sanpa volvió a sucumbir nuevamente en Sant Joan Despí ante uno de los rivales de cabecera, Atlètic Vicentí de Sant Vicenç dels Horts, en un duelo en el que no mereció un resultado tan abultado y dio la cara hasta el final a pesar de la injusta expulsión de Álex Arévalo y la lesión de Guille en los últimos minutos. El buen recuerdo del partido de ida, en el cual el equipo verdiamarillo disputó una de las mejores segundas partes de la temporada y mereció haber ganado el partido, daba pie a creer en la posibilidad de sorprender a un rival que venía de encadenar tres victorias consecutivas y que aún cuenta con opciones para alcanzar la Promoción de Ascenso. Pero se repetiría el guión que ya hemos observado varias veces esta temporada: momentos de buen juego y ocasiones de gol que no vienen acompañados de movimientos favorables en el marcador, contrastados con pequeños fallos que penalizan sobremanera y se convierten, de una manera muy efectiva , en goles en contra a remontar.

Que la historia ante La Guardia y el Incresa Atlético se volviera a repetir (dos goles encajados en las únicas dos llegadas claras que tuvo el rival en todo el primer tiempo), no resta los magníficos momentos en los que el Sanpa comienza a mover el balón en el medio del campo, demostrando un criterio y unos argumentos técnicos que hacen soñar con un espléndido grupo de futuro. La dupla de centrales Álvaro-Marc rindió mucho mejor de lo que indican esos goles en contra y el papel de «arquitecto» de Cañadas, el carácter y furia que imprime Pazo y las aportaciones de una rejuvenecido Trillo no dejan de asombrar, aún cuando se eche de menos la clase que atesora el lesionado Víctor Vega en la medular. Romero sigue deleitándonos con su poderosa velocidad (con Micki, Jaume y Berni convierten las bandas sanperas en auténticos trenes-bala. Es una lástima que no hayan podido coincidir más esta temporada) y dispuso de la oportunidad del empate (los visitantes se habían adelantado en el minuto 7, 0-1), obligando al portero a salir hasta el límite del área para impedir el gol, tapando a ras de suelo con los pies. Y Toni, en una nueva faceta de segundo delantero que arranca desde la banda, demuestra que tiene, más allás de su olfato goleador, aún potencial por explotar. No le faltaría su mano a mano ante el portero que pudo haber supuesto el 1-2 antes del descanso, pero su nuevo gol para la cuenta particular habría de esperar a la segunda parte.

Capítulo aparte es el caso de Yeste, el «metrónomo» del equipo. Al igual que en Vallirana, demostró durante el primer tiempo que, con espacio, su «danza» es un auténtico dolor de cabeza para sus rivales y un enorme abanico de posibilidades a la hora de asistir y crear. En este partido, no ampliaría su registro de asistencias ni goles, pero su presencia y rol en el juego no deja de ser digno de constar en acta. De la misma manera que no se acaba de ver reflejado el potencial de Guille y Jesús por la bandas: laterales que podrían ser interiores (o incluso extremos), que parecen pujar por convertirse en los futuros «Dani Alves».

Poco puede decirse de los porteros. David Vega apenas hubo de intervenir y encajó dos goles en las dos únicas ocasiones en las que se vio «amenazado». En la primera calculó mal la salida y se le adelantaron con la cabeza tras un libre directo, pero en la segunda no pudo hacer nada en un 2 contra 1. Más activo estuvo Christian, que salió en la segunda parte, que realizó un paradón espectacular con la entrepierna a un tiro a bocajarro al borde del área pequeña. Ciertamente, el equipo visitante mostró una efectividad asombrosa de cara al gol.

Con el 0-2, si hubo un equipo que mereció marcar, ese fue el Sanpa. En el primer tiempo, un defensor envió a córner con la cadera un disparo de Pazo tras un «pase de la muerte» de Romero. Y nada más comenzar los segundos 45 minutos, Yeste hizo volar al guardameta contrario para sacar una increíble mano que enviaba el balón a córner. Sin embargo, un penalti tan discutible como inocente de Marc, pondría las cosas más «patas arriba» y supondría un 0-3 que se alejaba mucho de la «realidad» del partido (min.50).

El 1-3, tras una galopada de Berni por banda izquierda, tras un remate en volea orientando al segundo palo por «Killer» Mesa, puso algo de justicia y emoción en el marcador (min.67). Pero el veterano equipo visitante no iba a realizar más concesiones. Ni siquiera Reda, que entró en el segundo tiempo, pudo hacer girar el rumbo de los acontecimientos. El marcador solamente se movería en los últimos minutos (1-4) cuando el Sanpa estaba con nueve jugadores en el campo, una vez había sido expulsado Álex (muy seguro durante el tiempo que estuvo en el camp) y con Guille atendido fuera por un problema en los gemelos que le impedía correr y obligó a reestructurar un equipo que, una vez más, había cumplido sobre el campo a nivel de juego. Más allá de un marcador que, ciertamente, reflejó el buen hacer de un conjunto experimentado para llevarse la victoria. Es la lección que corresponde para esta temporada: no queda otra. Hay que seguir aprendiendo.