Se escapó al final.
Llegó el frío, pero no por ello se apaciguó el calor futbolero. Un día después de que en Madrid se tuviera que emplear el código 04 para las emergencias locales ante el huracán llegado de Barcelona, Sanpa y Olesa de Bonesvalls disputaron un bonito partido lleno de alternativas, donde se acabaron repartiendo tanto los goles como los puntos. Un encuentro sin duda entretenido, en el ambos equipos se hicieron merecedores de llevarse algo con lo que puntuar; no sin cierta la crueldad para los “Carri Boys”, que tendrían que resignarse con el empate en los últimos instantes cuando habían hecho lo más difícil, que era darle la vuelta al marcador; y a sus rivales del Penedès solo les quedaba ya la opción ofensiva a pelota parada, después del enorme esfuerzo realizado por ambos conjuntos durante los 89 minutos anteriores.
Y es que el “santo” duelo entre San Pancracio y San Juan Bautista (patrón de Olesa de Bonesvalls) no escatimó en arrojo y energías. Tal vez fuera para combatir el “frescor existencial” de la tarde del domingo post-otoñal, porque ambos equipos se entregaron y se exprimieron a fondo. A pesar del escaso tiempo de calentamiento. Los del Penedés tuvieron un comienzo fulgurante, muy decididos a buscar los tres puntos, y en el que apretaron desde el pitido inicial. No fue extraño que, tras insistir un poco, se adelantaran a los 9 minutos, tras una jugada de asedio a Muralla. Un disparo al borde del área se estrelló el poste izquierdo de la portería local, y el rechace, una vez parecía replegarse la defensa sanpera (con Rafi y Barceló nuevamente de centrales), fue a parar a pies de un delantero visitante, que desde el arista del área lanzó un misil cruzado a la escuadra contraria, imposible de detener para Dani (0-1). Un golazo con todas sus letras, que obligaba a espabilar a los maestros sanperos.
Aún tardaría un rato en cambiarse la dinámica del partido. El pistoletazo de salida llegaría poco antes del ecuador del primer tiempo, con los primeros avisos verdiamarillos. Juanito rompió el tedio probando el disparo desde fuera del área y, en el 24, sería Carri el que pudo haber aprovechado un rechace dentro del área, de no haber encontrado el cuerpo de un defensor para enviar a córner; un saque de esquina en el que Juanito hubiera logrado el gol olímpico si entre el larguero y un manotazo del portero no le hubieran negado ese honor.
De esta manera, con el paso de los minutos, el Sanpa se fue consolidando y se fue haciendo merecedor al menos del empate, aprovechando que el Olesa bajó las revoluciones iniciales y, con el marcador a favor, fue cediendo la iniciativa. Sin embargo, la puntería no nadó en la abundancia, y aunque la amenaza, con Carlos como depredador y Luis de “Maestro Acechante”, sobrevoló el área visitante hasta la media parte, el tanto de la igualada se resistió de todas las maneras posibles a tocar suelo. Por los cielos se fue el increíblemente el remate de Rafi, en el 27, al toparse con un balón muerto dentro del área pequeña, a apenas tres metros de la portería, que se le había escapado a Lucho al intentar controlarlo en el segundo palo tras un saque de falta. De la misma manera que volaron dos grandes ocasiones generadas en sendos contraataques por robo de balón en ataque, que podrían entrar en el memorándum sobre “Causas de la caída de cabello por estirón”. En la primera, Luis le robó la cartera al defensor pero, al encarar al portero, se le marchó demasiada larga la conducción (min.28). Y dos minutos después, un robo de Carri y pase para “Buscamariscadas” Bernier, acabó con disparo fuera del marco.
Los visitantes también darían algún susto antes del descanso. Una escapada por la banda izquierda acabó con un remate en volea en el corazón del área, que botó en demasía y se marchó por encima del larguero (min.32). Pero de nuevo rondaría el empate en las postrimerías del primer tiempo, cuando un pase lateral al espacio de Luís para Carlos, con la “Ratilla” metiendo el cuerpo, escapándose de su marcador y plantarse solo ante el portero, fue respondido por éste último con un paradón cerca de la base del poste para enviar el esférico a córner.
Si los visitantes salieron eléctricos en el primer tiempo, fue el Sanpa el que lo haría a inicios del segundo, destacando la rompedora aportación de Iván y sus renovadas galopadas por la banda derecha hasta línea de fondo, que causaron desconcierto a la defensa visitante, incapaz de frenar el fuerte “oleaje” que se produjo en estos minutos tras la reanudación. Y surfeando sobre las olas emergió especialmente un espectacular Luis, que dio todo un recital de juego y desquició a todo tipo de rivales por todos los rincones del campo. Bien acompañado por Juanito y Carri en la media, la entrada de Jona por “Jartones-de-correr” Moyano supuso el paso de Luigi a banda, dónde tampoco desentonó. Para entonces, ya había establecido el empate, tras un claro penalti sobre Carri que paró el portero en primera instancia, aprovechando el rechace en corto para enviar al fondo de la red (min.51).
Con 1-1, el partido entró en una fase de toma y daca (nada que ver con las actividades de Gable), dónde cualquiera de los dos equipos pudo ponerse por delante. Una pérdida de balón en la defensa sanpera permitió un contraataque en superioridad que hubo de solucionar Muralla en el uno contra uno (min.54). Después, fue Rafi el que falló un claro remate de cabeza tras un saque de córner, cuando solo tenía que dirigirlo hacia adelante (min.58). Respondió el Olesa, con una internada por la banda izquierda hasta casi la cocina que acabó con un disparo demasiado cruzado que se marchó rozando el palo (min.60). Y, de nuevo a pelota parada, la tuvo el Sanpa cuando una falta ejecutada por Juanito desde la izquierda se paseó a escasos metros de la portería, sin que nadie pusiera la puntilla o alguna parte análoga.
Para puntillas, las de “Grand Bernier”, más aguardiente que licor, siempre a la caza. Pase en profundidad hacia la banda izquierda de “Magic” Ortíz, tercera asistencia de la temporada, que el delantero “roedor” sanpero define a la perfección, escapándose primero y superando por encima al portero en su salida después (2-1). Corría el minuto el 66, y el Sanpa le había dado la vuelta al marcador. Tocaba sentenciar.
Sin embargo, la sentencia, con el debut de Pablo con la remera verdiamarilla en ataque, no llegó. A pesar de la “dinamita ofensiva” presente en el campo y la constante amenaza del 3-1, el equipo del Penedès logró mantener la mínima diferencia en el marcador. Jugando con uno jugador menos por una expulsión por roja directa del autor del primer gol, y a la espera de algún zarpazo final que le permitiera pescar algún punto, por otro lado nada inmerecido. El golpe llegaría a falta de un suspiro de finalizar el tiempo reglamentario, cuando una falta inexistente señalizada a Carrillo se convirtió en un balón al área impecablemente rematado de cabeza al primer palo, imposible para Muralla (2-2).
Poco más habría que ver. Luis tuvo una última oportunidad cuando se marchaba directo a portería tras un pase bombeado, pero antes de que “cargara” la pierna, se le echaron encima dos defensores, convirtiendo en córner la postrera acción ofensiva del encuentro. Al final, tablas en el marcador, con sensación de haber perdido dos puntos por parte de los locales, pero también satisfacción por haber peleado en un buen encuentro y seguir sumando con mérito, a pesar de haber jugado tan solo con 13 efectivos.
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