Black Saturday.
Un repaso en toda regla. El Gavá Mar, uno de los tres “farolillos rojos” que cerraban la tabla antes de esta jornada con 6 puntos, tomó el Casc Antic y dejó en evidencia a un Sanpa deprimido que encadena su tercera derrota seguida. La victoria visitante, sin grandes elucubraciones ni conspiraciones astrales, se sustentó en una total superioridad, prácticamente palpable desde el primer minuto, en un duelo en el que el conjunto azulgrana superó con meridiana claridad al verdiamarillo tanto en las batallas individuales como en el juego colectivo. El contraste nítido que distingue a un equipo que simplemente sale a jugar un partido y otro que sale a ganarlo.
A diferencia del partido de La Parellada, dónde el Sanpa mereció mejor suerte, al menos de cara al resultado, lo que se vio este pasado sábado fue una versión completamente desconocida. Ni rastro del equipo competitivo que remontó al Santboià a principios de octubre (2-3) ni el que tiró de coraje para empatar contra el Casablanca hace un mes tras ir dos goles abajo (4-4). En esta ocasión, la impotencia y el desconcierto fueron presentes ya desde el momento en que que Aleix tuviera que volar para despejar el primer disparo a puerta con peligro del equipo visitante, desde el borde del área, cuando no habían transcurrido ni tres minutos de juego. Eso sin comentar la imagen de fragilidad que dejó el primer gol del encuentro, a los 7 minutos: un atacante visitante aprovecha un error de cálculo en un salto de cabeza, bajando magistralmente e iniciando una conducción en diagonal cuyo cambio de ritmo dejó atrás a todos los defensores locales. Su disparo cruzado, una vez llega a la arista izquierda del área, resultó inalcanzable para el arquero sanpero. Todo había parecido demasiado fácil.
Al abrirse el marcador de manera tan tempranera, la esperanza de poder remediar a lo largo del encuentro lo que podía haber sido simplemente un mal inicio de partido, hizo creer en la posibilidad de una remontada (por octava vez en nueve partidos, que el Sanpa se coloca por debajo en el marcador). No era la primera vez que el Gavá Mar sorprendía en este campo, adelantándose en el marcador para después claudicar y acabar cayendo. Sin embargo, su dominio y control del partido no menguó con el paso de los minutos. El portero visitante era prácticamente un espectador de la sucesión de fallos y constantes cambios de posesión que se producían en el medio del campo. Y sus compañeros de vanguardia, a diferencia de los verdiamarillos, sí que pisaban el área rival. Aleix tuvo que salvar bajó palos lo que pudo haber sido el 0-2, después de que un centro desde la izquierda fuera despejado en corto por el propio arquero, y no le sacara inmejorable provecho un delantero rival, al que el balón había rebotado en el cuerpo y contó con tiempo suficiente para bajarlo y buscar la colocación, más allá del bulto al que acabó disparando (min.10).
El Sanpa no disparó a puerta hasta el minuto 35, cuando un libre directo de Juanito desde fuera del área buscó la escuadra izquierda sin fuerza suficiente para sorprender al portero. Para entonces, ya era tarde, porque el resultado ya era de 0-2. Quince minutos antes, en un rápido contraataque, un magnífico envío a la banda derecha fue respondido con un rápido y certero centro al área para que, desde la izquierda, un jugador gavanense conectara una volea que arrancara los aplausos de los presentes (0-2. Min.20). La cosa no podía ponerse más negra que los nubarrones de Mordor. El K.O. técnico estaba presente y no había transcurrido ni media hora de juego.
El resto del primer tiempo no hizo sino prolongar la pesadilla. Salvo un disparo de Joan, también de falta, que se marchó demasiado alto (min.38), y algunas triangulaciones por banda derecha, el balance ofensivo verdiamarillo sanpero fue improductivo. No había conexión con la delantera: Carlos era una isla en medio del Pacífico y Alan se veía luchando balones aéreos que acababan siempre en los pies del adversario. Dónde si había producción era al otro lado del campo. Los jugadores del Gavá Mar estaban más cómodos e inmersos en el encuentro, superiores en concentración y en intensidad de juego. Se gustaban, buscaban el desborde y generaban inseguridad en la retaguardia local. Poco antes del descanso, tuvieron el 0-3 en sus botas, pero el disparo, a menos de tres metros del palo izquierdo de Aleix, buscó la escuadra y se marchó fuera. Habría que confiar que la historia radicalmente cambiaría tras el descanso.
Algo que no ocurrió. En la primera oportunidad del segundo tiempo, el Sanpa veía como el tercer equipo menos goleador del grupo hasta esta jornada, se colocaba con tres goles de ventaja en el marcador. De nuevo, en una jugada en diagonal de desborde, del centro a la banda derecha y pase hacia el corazón del área para encontrar el inapelable chut al fondo de la red (0-3. Min.46). Si el objetivo era darle la vuelta a la situación, peor no podía comenzar.
El triple cambio posterior, con la entrada de Guardia, Elías y Lucho, en primera instancia, y de David y Josemi poco después, otorgó mayor dinamismo al atascado juego sanpero. Por desgracia, resultaría insuficiente. Con el equipo visitante agazapado, ordenado y rebosante de confianza atrás, dispuesto a defender su ventaja hasta el último suspiro, el Sanpa apenas encontró camino hacia la portería contraria. Sin chispa suficiente para generar peligro a través de jugadas elaboradas, sus opciones pasaron por aprovechar estrategia y pelota parada. Santi estuvo a punto de recortar distancias, a los 67 minutos, cuando su remate de cabeza a contrapié al saque de una falta “tropezó” en los pies de un defensor, que había saltado de espaldas y era el único obstáculo en el camino de la pelota a la red. Más efectivo sería en la siguiente ocasión, aún cuando su remate no fuera muy ortodoxo: a saque de córner de Elías desde la derecha, y volea del malagueño pasado el segundo palo, que cruzó, con bote incluido al otro poste (1-3. Min.70).
A pesar del gol, el Gavá Mar logró que los veinte minutos restantes resultaran completamente estériles de cara al marcador. Hasta el árbitro pareció conforme con el resultado, obviando dos manos clarísimas en el área visitante, cerrando la posibilidad a emociones innecesarias en los instantes finales; todo ello en un partido dónde las ambiciones de unos y de otros marcaron el devenir del duelo, que deja al Sanpa tocado y desconcertado, incapaz una vez más de mantener su portería imbatida; y obligado a reaccionar con más viveza si quiere abandonar unos puestos relegados de una clasificación en la que debería ocupar una posición más insigne.
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