VENI, VINI… Y POR FIN, VINCI.

Gable deleita a los jugadores con unas valerosas y motivadoras frases en latín de Capri.

Por fin, tras una larguísima y excesiva espera, llegó la tan espera alegría.  Después de varias semanas de demora, la victoria regresó al Municipal del Barri Centre en lo que supone el primer triunfo del Sanpa Amateur en lo que llevamos en 2019. Ya dijimos que era cuestión de tiempo, de paciencia, porque los resultados no acompañaban pero, por ganas y fútbol, el equipo se lo estaba mereciendo. Tanto buscar, al final tuvo su premio. Como no podía ser de otra manera, además, con una enorme dosis de emoción y épica.

Porque no fue un «llegar y besar el santo». ¡Que va!  Ni mucho menos. Se tuvo que conseguir, por si fuera poco, remontando un marcador adverso.  El Pallejà se adelantaría a los 8 minutos (0-1), sembrando nuevamente las dudas y la inquietud a las que tristemente los verdiamarillos se han estado mal acostumbrando en las últimas jornadas. Sin embargo, el equipo no se vino abajo y, a base de tesón y perseverancia, fue buscando el gol del empate que le permitiera recuperar nuevamente las opciones de obtener los tres puntos. Se tuvo que esperar hasta el cuarto de hora final, en pleno frenesí, para que Matteo Ferrone demostrara su tremenda calidad y, de libre directo, enviara el balón al fondo de las mallas (1-1. Min.75).

Reproducir los movimientos de la Play en vivo cada vez resultan menos complicados si no se pulsa la «R»

Lo mejor de todo, más allá de devolver la igualdad al marcador, fue que este tanto abrió la caja de los truenos.  Solo un minuto después, Toni «Killer» Mesa aprovecharía una asistencia de Albert Estradé para marcar el segundo y abrir la puerta a lo que sería la primera victoria en casa desde principios de diciembre de 2018 (2-1. Min.76). Ya se escapó por poco ante el Corbera (2-2) y pudo ser posible contra el Sant Just Desvern (3-3), pero esta vez debía ser la definitiva.

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En los últimos minutos, el Sanpa dispuso de varias ocasiones para ampliar el marcador, pero no lo logró, con el sufrimiento añadido que comportaron los amenazadores últimos coletazos ofensivos del Pallejà. Tras el pitido final, toda la presión contenida se liberó y se pudo dar,  por fin, paso a una relativa euforia, con la que celebrar lo que ha sido el primer gran éxito de este 2019, así como la ruptura de una mala racha que se había estado prolongando desde el partido de Papiol (diciembre de 2018), y que se había estado alargando durante toda la segunda vuelta disputada.

En palabras del cuerpo técnico, «el trabajo y la paciencia son las claves de este equipo. En esta ocasión, se ha demostrado más que nunca.» Al final tuvieron su recompensa.

La próxima semana, a consolidar esta mejora en Santa Coloma de Cervelló ante el Eusebi Güell.