SIGUE EL MAL DE OJO.

Los muchachos empiezan a convencerse de que, tal vez, no fue una buena idea reirse de aquella bruja.

Se prolonga la «maldición». Otra semana más, la suerte no solo permanece esquiva, sino que volvió a manifestarse crudamente, por difícil que parezca creer, en forma de desproporcionada goleada, que hace poca justicia al trabajo que realiza el equipo, tanto fuera como dentro del campo.

En esta ocasión fue el Cervelló el que se aprovechó de esta inexplicable «crisis» sanpera, en la que cualquier herida se transforma en hemorragia y el más mínimo error se convierte en fatalidad.  Con un 0-2 a la media hora de partido, el conjunto verdiamarillo se vio nuevamente obligado a ir a remolque, con la sensación de que cuesta horrores perforar la portería contraria mientras que el rival hace un daño descomunal en la propia siempre que tiene la posibilidad. Una percepción algo frustrante que se afronta con fuerza y fe, como fue la reacción reflejada en el gol de Albert Estradé (1-2. Min.40), pero que, de momento, no encuentra premio alguno y se acaba topando con tan implacable realidad (1-3. Min.45).

Que nada, que la maldita pelota no quiere entrar en la jodida portería

Como si pretendiera ofrecer resistencia a un destino infausto, el Sanpa mejoró sus prestaciones en el segundo tiempo, ofreciendo mejor sensación de juego e intensidad. Le faltó la «pegada de gol» y la efectividad que sí tuvo su oponente en los metros finales. Solo así se explica que, pese a estar más cerca del segundo gol local, las dos primeras llegadas visitantes tras el descanso se materializaran en un doloroso 1-5 a diez minutos para el final (min.70 y 78). Una barbaridad, tal y como esta yendo el encuentro. Sin embargo, la penalización por bajar un poco el ritmo siguió siendo devastadora ante un equipo letal. El consuelo que pudo traer el golazo de Guille, que remató en plancha un centro de Carlos (2-5. Min.86) ni siquiera fue pleno, ya que aún caería otro desgarrador tanto visitante, con el que se cerraría un punzante 2-6 con el que se pondría fin a este partido.

Hay esperanzas de que Rosalía cantara en el descanso del partido, pero no hubo suerte ni con eso.

Así pues, tocará revertir esta extraña situación la próxima semana en Abrera, donde el Sanpa tendrá una nueva oportunidad para demostrar que tiene talento y calidad de sobra para volver a ganar partidos. Y, de paso, poder demostrar que estos últimos resultados en contra son meramente circunstanciales y no reflejan realmente el verdadero potencial del equipo.