Crucificados con las botas puestas.
Se cayó con dignidad y decoro. Al igual que le ocurrió al líder Esparreguera Athlètic hace varias semanas, el Atlètic Vicentí, tercer clasificado y uno de los aspirantes al ascenso (o a la promoción de ascenso), tuvo que sudar para imponerse a un luchador Sanpa en este duelo de domingo por la tarde en La Barruana. Nada tuvo que ver este encuentro con el que disputaron el pasado mes de diciembre de 2015 en Sant Joan Despí, donde el conjunto de Sant Vicenç dels Horts obtuviera una cómoda victoria (0-4) que dejó en evidencia las diferentes dinámicas que por arrastraban por entonces ambos equipos: ganadora e “in crescendo” para unos y perdedora, tras la debacle en Sant Feliu ante la Penya Blanc-Blava, para otros. Más bien al contrario, lo que se vio fue un encuentro tremendamente igualado, en el cuál el equipo verdiamarilllo no claudicó hasta los minutos de descuento, cuando jugaba con dos efectivos menos, a pesar de las numerosas bajas, una única posibilidad de cambio y con un jugador de campo ejerciendo de portero.
Ni siquiera las aspiraciones locales, que requerían de una victoria necesaria e indispensable para no perder comba con el Sant Andreu de la Barca (segundo clasificado) fueron suficientes para someter a un Sanpa más castigado por un arbitraje horrendo y tendencioso que por las acometidas del rival. La presión jugó en contra de los “rojillos”, que se mostraron algo erráticos y nerviosos a lo largo del partido y esto tal vez aportó un punto de tensión. Un hecho al que, tristemente, el colegiado puso un remedio sencillo casero: crucificar a tarjetas a los visitantes, que no se jugaban nada, en una gala de doble rasero impropio de un veterano. Lo de pitar falta a todas acciones en las que estaba Rafi, fue de escándalo. Estuvo a punto de señalarle una Aunque no puede negarse que la segunda tarjeta amarilla a Sergi fuera justa, en una de las acciones más surrealistas de este año (él mismo lo reconoció en exclusiva ante la prensa: “Lo siento. Se me ha ido la olla”). Soltar un manotazo a un balón al que no llegaba a tiempo tuvo la culpa.
Al margen de las controversias, lo que se vio fue un partido con ciertas alternativas, dónde el Atlétic Vicentí tuvo más posesión de balón pero sin excesivo peligro y el Sanpa inquietaba de tanto en tanto con las carreras de Yeison o las internadas de Menacho y George. De hecho, el primer remate a portería llegaría tras un saque de esquina ejecutado por éste último, al que respondería Rafi con un cabezazo demasiado centrado y desde demasiado lejos como para sorprender al portero (min.6). Posiblemente la única jugada en la que no le pitaron falta (tal vez porque no tenía nadie a alrededor y era demasiado pronto para señalar “peligro”). Mientras que, al otro lado, el equipo local no haría intervenir a “Spider” Moyano hasta el minuto 20, en el cuál se lució fantásticamente al despejar a córner con los pies un disparo dentro del área.
Quedaba claro que el Sanpa no había acudido a Sant Vicenç del Horts a hacer el ridículo y que, el que quisiese vencerlo, tendría que trabajárselo un poco. Aunque el panorama se aclararía un poco para los locales con el 1-0, pasada la media hora de juego, tuvo que ser con una jugada de estrategia la única manera de batir la portería de David: saque de córner con un pase raso a la altura del primer palo, desde donde se realizaría un disparo cruzado que, en medio de varios jugadores, nadie despejó y una pierna desvió lo justo para que “Spider” poco pudiera hacer para impedir el gol. Un premio que iban a defender con uñas y dientes.
A diferencia el choque de la ida, dónde llegaron 3 goles en apenas diez minutos antes del descanso, aquí había llegado éste y… gracias. El empate rondó amenazadoramente durante mucho tiempo. El corazón de los aficionados locales tuvo que acelerarse cuando Yeison se hizo con un balón aéreo al borde del área, y su intento de vaselina fue neutralizado por la defensa, que sacó el balón cuando se dirigía hacia la portería vacía. O cuando, solo un minuto después, su pie fue más rápido que el de su defensor y su disparó obligó a intervenir al portero para enviar a córner. Pese a ir debajo en el marcador, el espíritu sanpero daba muestras de optimismo. Menacho se convirtió en el eje de multiples combinaciones por la banda, siempre un punto más veloz que sus rivales, que debían emplearse a fondo para cortar sus pases. Y el grado de confianza comenzó a ser tal, que hasta Pepe se convirtió en “Hensinbauer”, atravesando las líneas “enemigas” con balón controlado hasta que el central rival tuvo que salir al corte.
El único borrón fue un fallo que dejó el balónmuerto en dirección a portería al internar amortiguarlo, pero el atacante, en lugar de aprovechar el regalo, se empequeñeció ante el “arácnido” guardameta visitante (que debió perder varios kilos bajo ese calorífico traje), y vio su disparo era desviado lejos de la portería, hacia el punto que marca el saque de esquina. No hubo sentencia.
Con este marcador mínimo, el equipo local decidió “guardar” la ropa. La necesidad de los tres puntos era motivo suficiente para ser un poco conservador, y, de esta manera, el segundo tiempo, bajo el calor primaveral de las 6 de la tarde, se les haría un poco largo. Los Carri boys siguieron luchando, aún un arbitraje muy casero y jugando con uno menos (desde el minuto 50) y, luego, dos menos (los últimos 10 minutos). Mucho ayudó la perseverancia de “Devid”, que siguió intratable bajo palos, especialmente tras desbaratar otra doble ocasión en el 65 para desesperación local. A pesar de todo, las opciones sanperas se mantuvieron hasta el final, ya que la pelota comenzó a quemar un poco a los locales y los errores se fueron dejando ver. No fue hasta el tiempo de descuento, cuando la victoria de Atlétic Vicentí quedó certificada, con un segundo gol, fruto de un rechace y bien resuelto en el mano a mano, que puso fin a las maltrechas esperanzas sanperas de evitar una derrota que parecía escrita de antemano.
Para este día posterior a Sant Jordi, la UD Sant Pancraç jugó con David Moià, Pep Hensi, Rafael Dies, Andreu Parets, Sergi Trillas, Jordi Tamaio, Diego Menatxo, Xavi Galteta, Francesc Barceló, Jeison Alexandre, Carles Bernier y Raül Hernàndez.
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