Sigue la maldición de Hallloween.
No podía ser de otra manera. Casualidad o fatalismo, otra temporada más, la víspera de Halloween fue nefasta para el Sanpa, que fue incapaz de ganar en Corbera prolongando así un inexplicable “gafe” que parece perseguirle desde hace varios años: un balance de derrotas y empates con sabor a derrota, siempre en el paso de octubre a noviembre, que incluye incluso la inaudita suspensión de un partido contra La Florida, en casa, debido a un inexplicable retraso en la hora de inicio de un partido del juvenil del Sant Joan Despí.
Más allá de mitos, legendas y programas de Iker Jiménez, lo cierto es que la derrota del pasado sábado contó con varios ingredientes aunque destacara especialmente el infortunio. El Corbera “B”, un equipo tan maleable a domicilio como complicado en su campo, dónde permanece imbatido, no ha cedido ni un solo punto y solamente ha encajado un único gol en cuatro partidos como local, logró algo que ningún equipo había conseguido hasta ahora: cambiarle las tornas al equipo A del Sanpa. Pocas veces veremos a un grupo de jóvenes con el temple y el talante de un equipo veterano, ante otro más experimentado, sumido en la precipitación y la comisión de errores de “nivel inexperto”. Cierto es que el resultado no hizo del todo justicia a lo ocurrido en el campo, dónde los locales convirtieron dos errores defensivos en dos goles y los visitantes fallaron ocasiones clarísimas, desde remates a portería vacía a un tres contra el portero con el pase final marchándose por la línea de fondo. Tal vez la suerte fue un factor que acabó por desequilibrar un duelo muy equilibrado, pero esto no resta que el Corbera supo nadar y guardar la ropa con el resultado a favor, mientras que el Sanpa reaccionó tarde y sin “punch”, incluso cuando logró llevar la iniciativa del encuentro.
El primer tiempo fue un ejercicio de paciencia. En cierto modo, cada equipo dispuso de una gran ocasión para marcar. Y mientras el rojillo materializó la suya, el verdiamarillo no lo hizo. El gol local, poco antes de la media hora de juego, dejó en evidencia cierta laxitud defensiva, ya que un delantero rival, recibiendo en línea de fondo cerca del banderín de córner, consiguió que fructificara un autopase al borde del área, al pasar entre dos defensores. Fuera un mal centro o un disparo intencionado afortunado, el chut sin ángulo siguió la paralela a la línea del fondo sorprendiendo a contrapié a Aleix, que entre su intento de rectificado con la mano y el pie para sacar el balón y el poste, acabaron metiendo el esférico en el marco de la portería (1-0. Min.26).
Ese tanto resultó ser enorme contratiempo para el Sanpa. En las antípodas del duelo de la semana anterior ante el Casablanca, dónde se vio un auténtico espectáculo de goles, este encuentro no estaba para tener que sacar muchos balones desde el fondo de la red. Aunque el buen trabajo en defensa no permitía demasiadas concesiones al contrario, el juego de ataque sanpero estaba en atasco monumental. Ni Josemi ni Elías conseguían progresar por las bandas, y el triángulo ofensivo Guardia-Xesco-Carlos no encontraba fluidez ninguna. Con las ausencias en la medular de Barceló y Carrillo, ante la falta de un medio defensivo que ayudara en la construcción del juego, Luis permanecía demasiado alejado del área rival. Por los laterales, Pedro y Robert apenas podían incorporarse al ataque para generar superioridades. La mejor oportunidad para igualar el partido se produjo en los minutos finales del primer tiempo, cuando un saque de córner desde la izquierda no halló rematador ni despeje y cayó al otro lado del área a pies de Carlos, cuyo centro raso se paseó por el borde del área pequeña para la llegada al segundo palo de Rafi, que se tiró al suelo para “pincharla” a gol… pero le dio dio mal y la pelota acabó haciendo un ángulo de 120 grados (30 más de lo que debía) para marcharse ligeramente desviada por la línea de fondo. Primera gran ocasión que pudo haber cambiado el signo del partido.
Para no depender de los astros ni de las energías, el Sanpa lo siguió intentando tras el descanso. No sería por falta de “espíritu”. Tras unos primeros minutos de dominio alterno, el conjunto verdeamarillo, ya con Juanito en el campo, tomó el control de medular. Aún sin oportunidades de gol muy claras, se disponía de la iniciativa del juego y no tardaría el momento en el que el portero local se erigiera en el héroe del partido. Fue el propio Juanito el que se sacaría un gran disparo a bote-pronto desde fuera del área, que el arquero detuvo en una grandísima estirada (min.60). Poco después, Sergi estuvo a punto de repetir su gol de la semana anterior, pero su remate, a saque de córner de Elías, se marchó demasiado alto (min.62). El Sanpa estaba dominando. Solo faltaba el gol…
Sin embargo, cuando menos se esperaba llegó el jarro de agua fría. Tal vez por la ansiedad y las prisas ante el veloz paso del tiempo, el deseo de controlar un balón bombeado, que nadie se atrevió a despejar de primeras para no rifar el balón, acabó convirtiéndose en un regalo para la delantera local, favorecida por el bote. Un atacante rojillo aprovechó el regalo, metió cuerpo, recortó hacia a un lado cogiendo a contrapié a la defensa y soltó de primeras un derechazo cruzado desde fuera del área, que superó a Aleix, prácticamente vendido al quedarse al descubierto y recuperando la posición (2-0 min.67). Ni truco ni trato: palazo para atormentarse un rato.
Con el partido muy cuesta arriba, el Sanpa buscó ese tanto que le diera opciones de volver al partido y poder remontar dos goles de deseventaja como en la semana anterior. Un remate al larguero por parte del Corbera hizo temer que el descenso a las tinieblas aún pudiera ser más profundo. Ya sin nada más que perder, aparte de la dignidad, y ante la falta de recursos ofensivos (solo había defensas en el banquillo), Paco decidió arriesgar con una defensa de tres. Entraron Hensi y Gómez para escoltar a Sergi en la retaguardia, y Rafi pasó a ser otro referente en punta. Aunque la amenaza del tercer gol en contra fuera una constante, esta apuesta ofensiva se manifestaría también en forma de ocasiones muy claras de gol. Aunque sin gol. Primero, cuando un traicionero remate de cabeza de Rafi, a saque de falta desde campo propio, lo sacó prodigiosamente el portero local sobre la línea, y el rechace, a portería vacía, se enviara fuera. Después, un gran pase de Guardia de lado a lado rompería la defensa y dejaría al propio Rafi encarando al portero por el lado derecho y dejando hasta tres jugadores sanperos solos ante el guardameta. Su generosidad, no obstante, al querer ceder el gol a otro compañero acabó en fiasco, ya que el pase sorprendió tanto a propios como a extraños, y acabó con Xesco intentando corregirlo para enviar, ya sin ángulo, el balón al lateral exterior de la red(min.84).
Los minutos finales fueron una letanía de presión e indulgencia. Dos goles cantados más se negaron a mover el marcador a la postre definitivo y el descuento, fue una sucesión de rifirrafes dónde que el Corbera consiguió que el tiempo se esfumara y el Sanpa, impotente, viera como se escapaban tres puntos más ante un equipo local que, pese al resultado, no fue superior pero hizo bien lo que tenía que hacer bien, no erró lo que no tenía que errar y aprovechó lo que tuvo que aprovechar. Posiblemente una gran lección que aprender en otra noche de terror.
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